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¿Puede ser la depuración distribuida un ingrediente más que ayude a minimizar los vertidos y a maxim

En el sector energético el concepto de producción distribuida se está comenzando a asociar a la futura revolución técnica. Se trata de evitar en lo posible las grandes infraestructuras de generación y distribución, y apostar por democratizar la energía, apostando por renovables localizadas, generación mixta, almacenamiento y consumo próximo a la generación, con la finalidad de abaratar costes y acabar con pérdidas por transporte.

Sin embargo en el sector del agua siguen sin potenciarse este tipo de conceptos, y se apuesta por infraestructuras públicas de gran tamaño e importantes obras de distribución y saneamiento.

Este concepto de apuesta por infraestructuras de gran tamaño, que no es una solución mala per se, debe venir acompañado de información exhaustiva que informe de los costes derivados de la inversión (incluidos costes de amortización que suelen obviarse), los costes de oportunidad del terreno usado y, sobre todo, los costes de explotación, manteniendo y gestion medioambiental (vertidos, olores, fangos…). Pero, a su vez, deben informar de los importantes costes derivados del mantenimiento de las estaciones de bombeo de aguas residuales y de las redes de saneamiento.

¿Qué problema ocurre con esto? Que realmente una gestión 100% correcta de todas estas infraestructuras no se repercuten en las tarifas públicas que pagamos los ciudadanos. Este hecho, que puede resultar impopular, es completamente cierto, tratar el agua cuesta dinero y nadie (ni los ciudadanos ni el gobierno o las empresas concesionarias) están aportando lo necesario porque supondría una ruina (el agua depurada no da ingresos como lo puede dar el agua dulce) o una medida impopular si se decide subir las tarifas.

¿Al final que ocurre? Que las grandes infraestructuras se vuelven ineficientes, son dependientes de los cambios y variables del agua que tratan (qué ocurre ante vertidos industriales por ejemplo), que las grandes redes colapsan y LO MÁS IMPORTANTE, las industrias y ciudadanos no controlamos lo que vertemos a la red ya que nos sale barato, y mucho menos, apostamos por REUTILIZAR CADA VALIOSA GOTA DE AGUA, porque no nos salen los números.

Sin embargo, si apostamos por el tratamiento y reutilización distribuidos el resultado puede ser muy diferente. El concepto se puede resumir en:

1. Cuando tratas aguas en zonas concretas y muy parametrizadas tienes el agua a depurar mucho más controlada, por lo que puedes elegir el método de depuración más adecuado para este tipo de vertido. Esto es muy importante ya que eliminamos el antiguo concepto de usar la misma tecnología para todo, lo que no es nada eficiente.

2. Minimizamos los gastos en redes de saneamiento

3. Se puede apostar seriamente por REUTILIZAR el agua a tratar, exactamente con los parámetros ideales para su reúso justo en esa localización concreta (riego, limpiezas, agricultura, uso industrial vario, etc.)

4. Se debe incentivar a nivel público dichas iniciativas, ¿cómo? Pues precisamente como se hacen en países del centro de Europa y parte de América latina, a través de penalización por vertidos a la red general (en Suiza por ejemplo se llegan a pagar hasta 10 euros el m3 vertido a la red general)

Iniciativas como ésta ayudarían a paliar los grandes efectos negativos que la depuración centralizada generan, aumentarían la economía y negocios de las pequeñas empresas instaladoras que pueden acceder a proyectos de tamaños asumibles y que no dependen de licitaciones públicas; se minimizarán los vertidos incontrolados, las industrias y centros residenciales apostarán por reusar algo tan preciado como el agua (eso disminuye la demanda y el gasto cada vez más inasumible de agua de red, lo que termina agotando recursos naturales o emitiendo CO2 a través de plantas desaladoras), etc.

Al final, logramos ayudar a eliminar vertidos al mar, tanto de agua sin tratar (algo que las concesionarias intentar llevar a hechos muy muy puntuales) como de agua tratada, que no es reusada con lo que ello supone a nivel económico y ambiental.

Ese mismo concepto, el de depuración distribuida, se debe completar tambien con la producción distribuida, a través de desalación en la medida de lo posible en centros hoteleros, piscinas o grandes residencias, lo que permitirá que se consuma localmente lo que se necesita (sobre todo en grandes consumidores), evitando pérdidas en las grandes redes de distribución.

Desde Brinergy deseamos que en los debates necesarios en todos los sectores tanto públicos como empresariales, se introduzca el concepto de DEPURACIÓN Y REUTILIZACIÓN DISTRIBUIDOS, ya que no será baladí incorporar sistemas de gestión que también, como ocurre en el sector energético, democraticen la gestión del ciclo del agua y distribuyan de una vez la responsabilidad que TODOS debemos asumir en materia medioambiental.

Escrito por Raül Falcón Gracia

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